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Banco Mundial. Una nueva concepción de su política de acceso a la información

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26-05-2009

Banco Mundial. Una nueva concepción de su política de acceso a la información

El Banco Mundial propone un cambio de paradigma en materia de acceso a la información, hacia el interior de la organización. Este nuevo enfoque consiste en pasar de una política en la que se identifican los datos que el Banco puede divulgar -sistema de lista positiva-, a una política en la que el principio es el libre acceso a toda la información, salvo que encuadre en una lista de excepciones.

La nueva política, más congruente con la presunción del libre acceso a toda la información, también es acorde con las normas que regulan la solicitud de datos públicos al Estado, adoptadas por cada vez más países de la región y el mundo.

Para discutir las limitaciones de la política actual en materia de acceso a la información que rige en la organización y establecer los elementos claves para un nuevo enfoque, el Banco Mundial presentó el documento expositivo “Hacia una mayor transparencia: revisión de la política del Banco Mundial sobre acceso a la información”. La propuesta plantea un cambio sustantivo: del sistema de lista positiva –donde sólo se puede consultar aquellos datos que aparecen enumerados en una lista conformada previamente-, al de libre acceso a la totalidad de la información salvo excepciones claras, previamente establecidas.

El nuevo enfoque estaría basado en cuatro principios básicos:

- Maximizar el acceso a la información:
El Banco reconoce la importancia fundamental de la transparencia y su responsabilidad en el proceso de desarrollo. Así se eliminaría la “lista positiva” y se otorgaría acceso a toda la información que esté en posesión del Banco, salvo aquella que esté en la lista de excepciones. En la política se reconocería también que cierta información debe ser reservada y proveería plazos claros de tiempo para desclasificar ciertas categorías de información.

- Una lista clara de excepciones
El Banco sólo denegaría el acceso a la información que tenga una razón de peso para que sea confidencial. Dentro de las excepciones estarían los documentos del directorio clasificados como confidenciales, información confidencial que sea propiedad de los países, correos electrónicos internos -excepto aquellos archivados para acceso público-, información personal de los/as funcionarios/as, cierta información financiera, e información deliberativa como borradores y comentarios.

No obstante, el Banco podría dar acceso a información clasificada excepcionalmente en tres situaciones: si se determinara que ese acceso es del interés del Banco y de la comunidad del desarrollo, si el no brindar eses datos pudiera causar daños serios, o si tal acceso concuerda con la política de denuncia del Banco.

En forma opuesta, el Banco se reservaría el derecho de no dar acceso a la información si determina que la divulgación de dichos datos puede causar daños serios y ese daño potencial puede, a su vez, sobrepasar los beneficios de dar acceso a la información.

- Trámites claros de implementación
El Banco publicaría progresivamente y en forma proactiva toda la información en su sitio web, estableciendo un Comité de Política de Acceso a la Información que supervise la implementación de este cambio. De confirmarse la nueva política, también proveería procesos claros para responder a las solicitudes, incluyendo plazos de tiempo determinados. Cuando una solicitud fuese rechazada, se notificaría la explicación por escrito especificando la excepción en que estaría basada y dando a conocer a la persona solicitante su derecho de apelar esa decisión. Además, el Banco cobraría costos razonables por la reproducción de la información solicitada.

- El derecho de apelación

El Banco reconocería el derecho de apelar de las personas que solicitan información, si consideran que su petición ha sido injustificadamente rechazada. Para ello, se crearía un mecanismo de revisión, encabezado por autoridades de la administración superior con plenas facultades para interpretar la política sobre acceso a la información y confirmar o revocar la decisión anterior que hubiera denegado el acceso. El órgano de apelaciones adoptaría sus decisiones por escrito dentro de un determinado plazo, debiendo explicar el fundamento de una eventual denegación del acceso a la información.

Como parte de su estrategia en este proceso de cambio, el Banco puso en marcha un mecanismo de consultas externas sobre la propuesta, buscando conocer la opinión de diferentes actores interesados en el tema.

Además de proponer que se hagan llegar comentarios a través del sitio web, el Banco se encuentra realizando desde abril de este año, consultas públicas presenciales en alrededor de 30 países miembros (Puede ver aquí el calendario de consultas). En las reuniones que ya se llevaron a cabo, se informó sobre esta iniciativa a las autoridades de los países y al público en general, incluyendo organizaciones de la sociedad civil, académicos/as, periodistas y el sector privado.

En cada consulta, se entrega a los y las participantes una lista de preguntas que ayudan a orientar la discusión y conocer las opiniones y sugerencias de todos los actores interesados en esta materia. Entre los temas de discusión, se pregunta si se está de acuerdo con la propuesta de abandonar la actual política de lista positiva, si las excepciones propuestas permiten un equilibrio entre la necesidad de transparencia y la necesidad de proteger la información confidencial, y cuál sería un plazo razonable para desclasificar información.

Entre de las observaciones efectuadas hasta ahora por la sociedad civil respecto de esta propuesta de cambio, algunas merecen especial atención: la disponibilidad de los documentos e información en el idioma del país dónde es solicitada; la gratuidad del acceso que debe incluir necesariamente la recopilación de los datos y, finalmente, la relevancia de que exista un procedimiento que garantice que aquella información de los Estados parte que recibe tratamiento confidencial, sea debidamente fundada.

Una vez concluido el proceso de consulta, se sintetizarán los comentarios recibidos y, en base a los mismos, se revisará el documento expositivo que propone la nueva política de acceso a la información en poder del Banco Mundial. Luego, se prevé que la propuesta final de cambio de política sea analizada por los/as Directores/as Ejecutivos/as de la organización.



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